a pesar de que cada bocadillo de calamares fritos lleve nada menos que medio kilo de este alimento. Esta forma de plantear su negocio, unido a la creatividad a la hora de diseñar el menú ...
Una exquisitez a la que ni turistas ni madrileños pueden resistirse y, es que pedirse un bocata de calamares en los alrededores de la Plaza Mayor de Madrid es un acierto para quien busca algo ...
Y como nos recuerda el periodista Adrián Delgado, el gastrónomo Ángel Muro, con su prosa directa y castiza, decía que de los calamares «sus guisos mejores son en su propia tinta y fritos».